Panorámica del Cao del molino del Águila en primavera

 

 

Texto y fotos:  Antonio G. Garrido García

Este itinerario es de un nivel fácil y esto hace que lo pueda disfrutar toda la familia. En la primavera de 2003, el sendero fue arreglado en parte, colocando algunas barandillas de madera en pasos un poco conflictivos y al final del recorrido oficial se colocó otro pasamanos y un muro. También carteles informativos que han llegado hasta nuestros días a duras penas debido a los actos vandálicos de los incívicos visitantes.

 La época ideal suele ser en los meses de primavera, cuando el río todavía lleva gran cantidad de agua (siempre la lleva, aunque sea época de sequía), aunque en verano y a primeras horas de la mañana, también es grato pasear bajo la sombra del bosque de galería formado por alcornoques, alisos y ojaranzos.

Recuerdo con agrado uno de mis tantos paseos por el sendero, a primeras horas de la mañana cuando coincidí con Joaquín, un aficionado a los paseos campestres, de 73 años de edad y el cual me decía que disfrutar de esta maravilla no tenía precio y que mientras su cuerpo se lo permitiera, seguiría subiendo hasta la primera poza, a refrescarse los cansados pies. Más tarde, cuando bajé de realizar mi visita, me lo encontré en mitad del río, en calzoncillos, disfrutando como un niño pequeño. Me saludó de nuevo y me dijo: «Para dos días que vamos a vivir...».

COMO LLEGAR

Para llegar al comienzo del sendero, si no somos de Algeciras, hay que preguntar por la barriada de «El Cobre», en donde se encuentra situada la entrada del carril al río y más en concreto, frente al colegio Nuestra Señora del Cobre (ver croquis ). Allí encontraremos una verja cerrada a los vehículos, con una puerta en la parte izquierda para el paso de las personas. Esta verja se colocó hace años para que no subieran las motos y coches y no contaminaran el río con basuras y botellas. Desde ese día, el itinerario está más limpio. Aquí comienza nuestro recorrido.

Los primeros metros se realizan por un carril de zahorra que nos va adentrando, poco a poco, en el bosque de alcornocal y pasando junto a algunos cortijos. No es raro ver ganado suelto, por lo cual, como siempre digo, hay que tener el máximo respeto hacia los mismos.

Tras una subida pausada, encontraremos una bifurcación a 1300 mts desde el inicio, nosotros cogeremos la que va a la derecha, seguiremos subiendo y tras unos cientos de metros bajamos bruscamente hasta llegar al molino de Escalona aún en funcionamiento. Tras el mismo comienza el auténtico sendero, pasando primero por un puente de estilo medieval, que era utilizado para el tránsito de caballos que llevaban mercancias hasta Medina Sidonia y la Bahía de Cádiz y en el cual nos pararemos para contemplar el bonito paisaje y realizar alguna fotografía de recuerdo.

A 200 metros de este puente, sendero arriba, encontraremos la «fuente de las niñas», cuya fresca agua podremos beber. Si realizamos el itinerario en verano, un buen remojón de nuestra cabeza será agradecido.Nuestro recorrido transcurre por la derecha del río, entre alisos, helechos, ojaranzos y alcornoques que, en la malloría de las ocasiones, están poblados por las hiedras, que se apoderan de los troncos y rocas adyacentes. A medio camino encontraremos el molino del Águila, abandonado y que en otra época sirvió para moler pan. Aquí, junto al molino, en los años 90 había un punto de recreo, con bancos destinados al esparcimiento de la población, aunque la acción devastadora de los mismos, hizo desaparecer dicha ornamentación del lugar.

Un poco más arriba y siguiendo el perdido sendero, entre las raices de los alisos, nos encontraremos con el muro construido en el 2003 en la parte final y la primera cascada, donde es habitual ver a jóvenes bañarse en primavera y verano. Este es el final «Oficial» y el nuestro si venimos acompañados, como dije al principio, de niños.

Si estamos con adultos y queremos, podremos continuar casi 1 kilómetro más arriba, para contemplar y disfrutar de la parte más virgen del sendero. Aquí no suelen llegar los «Domingueros», sólo el buen aficionado.

Para seguir, tendremos que saltar el muro construido y tirar recto para trepar un poco en una roca frente a nosotros, donde existe una antigua tubería oxidada. Tras subir veremos que esta parte es más virgen que la anterior, entre las piedras redondeadas por la acción del agua, destaca al fondo una poza con una pequeña cascada. En este tramo tendremos que cruzar hacia la izquierda del río, pues el sendero acaba en esta poza.

Si el río no lleva mucha agua, cruzaremos bien entre las rocas, pegando pequeños saltos y, si podemos, ayudados por un bastón de senderismo o palo largo, para guardar el equilibrio y no caer al río. Si por el contrario baja mucha agua, tendremos que descalzarnos y con mucha precaución cruzar, pues en esta zona el río es más profundo y nos podemos llevar un susto. Una vez que hemos cruzado comenzaremos una subida a través de un denso bosque de galería. El sendero a veces se pierde entre enredaderas y maleza, pero se intuye bastante bien. Tras un último repecho entre alcornoques, bajaremos un poco hacia nuestra derecha, buscando el río y la última poza, la más grande y conocida como "La cola de caballo". Por el ruído de su cascada no habrá problemas en encontrarla, pero sí tomaremos medidas para llegar a ella, pues el suelo es muy resbaladizo y no existe sendero marcado.

Recomendable bajar al río para contemplar la cascada desde abajo, con cuidado de no acabar en el fondo por un resbalón. Aquí llega nuestro final del recorrido, un lugar tranquilo e ideal para comer algo y dedicarnos a escuchar el rumor del agua y realizar fotografías.

 

MAPA DE  LOS ACCESOS A LA CALLE "MAESTRA MARIA LUISA" DONDE ESTÁ SITUADO EL CARRIL PARA COMIENZO DE RUTA

 

 

 

 

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